2008-07-24

S/T



Archivo digital original

Cámara Canon Rebel XTi
Formato 3x2 (proporción original), 5x4 (proporción modificada digitalmente)

2008-07-12

Caricaturas

A veces un solo gesto puede ser suficiente...




Copia cromógena a partir de archivo digital original

Cámara Canon Rebel XTi
Formato 3x2 (proporción original), 5x4 (proporción modificada digitalmente)
Dimensiones 37.5 x 30 cm (c/fotografía)

2008-07-02

Un pequeño mito tomado de los cuentos morales del Mahabharata

El Rey, el Gavilán y la Paloma

Había una vez una hermosa paloma que estaba siendo perseguida por un feroz gavilán. La paloma le pidió al rey Vrishadarbha de Varanasi que le diera protección. El amable rey le dijo, «¿Por qué estás tan asustado pequeño amigo?» La paloma le respondió que el gavilán estaba a punto de destrozarlo. El rey le dijo a la paloma, «Yo haré todo lo que pueda para defenderte y protegerte, aún si me cuesta mi propia vida. Sin duda los dioses te han enviado a mi como una prueba».

Entonces el gavilán fue con el rey y le dijo, «Mira, comprendo que seas compasivo, y que hayas prometido a la paloma que arriesgarías tu propia vida para salvar la suya. Pero yo soy un gavilán y los gavilanes comen palomas. Si no me como una paloma, puedo morir de hambre. Si eres de verdad compasivo, me pondrás la paloma a la mano para que me la pueda comer. Entonces nos ilvidamos de toda esta situación».

Entonces el rey le dijo, »Oh gavilán, tú puedes volar a donde quieras, ¡por qué no te comes otra cosa? ¿Por qué no una rana. o un buey o cualquier otro animal?» El gavilán le contestó que no estaba en su naturaleza comer vacuno o rana o nada más, sino palomas. En ese momento el gavilán se puso muy impaciente y dijo, «Si estás tan preocupado por proteger a la paloma, ¿por qué no me ofreces un poco de tu propia carne en una cantidad igual al peso de la paloma?» El rey estuvo de acuerdo en hacerlo para asombro d su corte.

Así que la paloma fue pesada en una báscula y el rey se cortó trozos de su propia carne hasta tratar de igualar su peso, pero el ave siempre pesaba más. El rey continuó haciéndolo hasta que quedó el esqueleto y aú el ave seguía pesando más.

De repente, los cielos se abrieron y empezó a llegar una música celestial que inundó el palacio del rey. Los dioses habían contemplado toda la historia y estaban profundamente conmovidos por la gran lealtad del rey de mantener su promesa a una humilde paloma. Cayó una nube de néctar del cielo y el rey recuperó su saludable forma anterior. El propio Indra bajó del cielo en un carro y se llevó al rey vivo al cielo más alto.

Indra les dijo a todos los que estaban allí, «Una cosa es hacer una promesa y mantenerla. Pero otra es mantener la promesa hasta el punto de sacrificarse uno mismo. Quien se pone en riesgo por ayudar a otro es un verdadero amigo de los dioses». Y todos los que escuchen esta historia serán bendecidos: quien la cuente, será bendecido por partida doble.


J. F. Bierlein, El Espejo Eterno, Tr. Leticia de Legarreta Castrejón, Editorial Oberon, Madrid, 2001, Págs. 172-173

2008-06-20

Solo un recuerdo

Ocurrió en los últimos meses de 1998. Aún sin haber acabado el último año de secundaria ingresé a la universidad por una modalidad llamada Primera Opción. Un simple proceso de admisión dividido en dos etapas: un exámen escrito de una dificultad mucho menor al exámen externo regular y una entrevista personal en caso ocuparas una de las 200 vacantes (creo) de la etapa previa. No recuerdo ni la hora ni la fecha exacta, pero yo estaba sentado en una vereda frente a la puerta principal de la universidad. Esperaba a que me llamaran, al igual que las otras casi veinte personas que también estaban ahi. Tal vez sea poco creible pero no estaba nervioso. Por alguna extraña razón tenía la suficiente confianza en que iba a ingresar. Fue por eso que al estar sentado ahi me daba la absoluta libertad de pensar en los enormes ojos y afilados dientes que tienen las musarañas. Bueno, para ser sincero también trataba de deducir la razón por la cual la universidad nos obligaba a vestir un ridículo polo amarillo a aquellos que habíamos alcanzado una vacante. Nunca la encontré. Si me hubiesen dicho que era para evitar que un chofer distraido me atropellara por la noche lo hubiese entendido. Pero la entrevista era de día y como nunca más utilicé ese polo después de aquella ocasión siempre la consideré una de las prendas mas inútiles que haya tenido. Hubiese seguido divagando con mis pensamientos de lo más tranquilo pero fui abruptamente interrumpido. De repente una chica se sentó a mi lado y me saludó. Me cogió de sorpresa dado que, de los conocidos que tenía que habían ingresado conmigo, ninguno había sido citado para ser entrevistado ese mismo día, pero como ella me había saludado con tanta naturalidad iba a ser de muy mala educación si no le respondía el saludo, y así lo hice. Fue una conversación corta, pero muy amena. Aún sin conocerme compartió sus planes conmigo. Ella esperaba ingresar a letras, estudiar un par de ciclos y luego trasladarse a la nueva facultad de música que se rumoreaba la universidad iba a abrir al año siguiente. Me sorprendió que a la edad que tenía estuviese tan segura de lo que quería (tiempo después me di cuenta de que no era sorpresa sino envidia porque yo no supe lo que realmente quería hasta pasados muchos años). Seguimos conversando, riéndonos y disfrutando de simpáticas anécdotas como el par de escolares que éramos (o que empezabamos a dejar de ser) pero, inevitablemnte, aquel intercambio de jóvenes ideas tuvo que terminar. Un vigilante de la universidad salió de su pequeña oficina a decirnos que formáramos una fila a medida que fuésemos llamados por nuestros nombres. Nos deseamos suerte y nos despedimos. Una hora después la busqué entre la gente que también salía conmigo y lamentablemente no la encontré. Nunca más la volví a ver en mi vida y tampoco recuerdo su nombre. Pero eso no es lo que me entristece. Como sabrán los que estudiaron conmigo en esa universidad, la facultad de música que ella esperaba no fue creada al año siguiente. Tampoco al sub siguiente. Terminé de estudiar mi carrera y la esperada facultad aún no existía. Luego de casi 10 años de aquella conversación tengo noticias de que la Escuela Superior de Música de mi ahora ex universidad iniciará sus actividades en agosto de este año. Definitivamente un poco tarde para lo que ella quería.

¿Por qué me animé a escribir sobre este breve encuentro? No lo sé. Simplemente me acordé de ella. De su cabello corto y sonrisa preciosa. Me preguntó que habrá sido de su vida. ¿Habrá estudiado música en otro lado o finalmente se resignó a dedicarse a algo que le gustara menos? Sinceramente espero que le esté yendo bien, sea lo que sea que haga. ¿Por qué me pregunto estas cosas tanto tiempo después? No estoy seguro. No creo que por haberla visto solo una vez me haya enamorado perdidamente. Y es poco probable que ese supuesto amor adolescente haya durado tanto tiempo enterrado en lo más profundo de mi sin que me de cuenta de ello. Creo que me hago estas preguntas solo por una razón. Simple e inocente curiosidad.

2008-06-15

La Compañia Que Necesitamos

Hay momentos en que uno simplemente necesita estar solo. Momentos en los cuales la familia y los buenos amigos ya realizaron todo lo que está a su alcance sin haber cumplido su cometido. Solo pido un poco de paz, pero la ciudad hace oídos sordos a mi súplica. Busco un refugio y finalmente la noche me lo brinda. Finalmente creo estar solo pero no me siento así. Sin embargo, no me molesta. Parece que en el fondo no deseo estar tan solo como pensaba. Doy gracias a ese algo. A partir de ahora la noche tiene un nuevo significado para mi.




Copia cromógena a partir de película negativa color digitalizada

Cámara Holga 120N
Formato 6x6 cm (negativo original), 3x2 (proporción, modificada digitalmente)
Película Fujifilm Superia 100
Dimensiones 25 x 16.67 cm (c/fotografía)

2008-03-15

En la (no) repetición está el gusto

Imagina que tu sabor favorito de helado es de vainilla. Estoy seguro que como postre sorpresa caería muy bien. Pues imagina que ayer comiste un delicioso helado de vainilla y, para tu gran sorpresa, hoy también lo hiciste. Ahora imagina que durante una semana entera tuviste que comer el mismo helado de vainilla como postre. Por último imagina que no solo tuviste que comerlo de lunes a viernes después del almuerzo sino también después del desayuno y de la cena. Creo que llegarías a un punto en el que simplemente ya no quisieras comerlo ¿no? El punto al que quiero llegar es que hay cosas que te pueden gustar mucho pero el hacerlas repetidas veces de manera rutinaria, y en algunos casos por obligación, puede hacer que de un momento a otro te dejen de gustar.

¿A qué se debe tanto preámbulo? Bueno, aunque a muchos de los que me conozcan les sorprenda, a mi realmente me gusta vestir terno. Nunca lo he mencionado pero disfrutaba cada vez que me preparaba para ir a un quinceañero (ya hace mucho, mucho tiempo que no voy a uno, no sean malpensados) o a un matrimonio. Y como la ocasión lo ameritaba había que lucir bien de principio a fin. Nada de camisas remangadas o corbatas desajustadas por mucho calor que sintiera ya sea este proveniente del sol, de un ambiente muy cerrado o de las varias copas de champagne que haya tomado.

Poniendo como ejemplo un matrimonio como ocasión especial es lógico que todo caballero se vista de manera elegante porque dicho evento lo amerita. Nadie realmente te obliga a vestirte así pero puede considerarse una pauta social y en el fondo a todos nos gusta verse bien en las fotos de recuerdo. Sin embargo, haciendo un llamado a su sano juicio como lector, el hecho de estar sentado 8 horas (o más) frente a una computadora en un cubículo como cualquier otro en una oficina como cualquier otra ¿puede considerarse como una ocasión especial? Entonces ¿por qué en algunos centros de trabajo te exigen que vayas en terno? Comprendo que aquellas personas que trabajan en un trato directo con el cliente de una empresa si necesitan verse muy bien dado que, lo quieran o no, cumplen la función de ser la imagen de la empresa ante una tercera persona, pero que pasa con aquellos que permanecen encerrados en sus oficinas todo el día. ¿La corbata al cuello aumenta la productividad del trabajador? ¿El tiempo que uno tarda en vestirse bien (porque hacerlo bien toma su tiempo, las cosas o se hacen bien o mejor no las hagas) no podría ser aprovechado de otra manera?

Cuando consulté con algunas personas sobre este tema antes de escribir este post obtuve respuestas muy similares, por no decir iguales: la imagen de un trabajador es lo más importante y uno siempre tiene que verse bien. Creo que uno puede verse muy bien, o muy mal, ya sea vestido con terno, con un atuendo sport elegante o algo mucho más informal. Pero lo que más me sorprendió fue que la imagen era considerada más importante que la productividad del trabajador. Es decir, prefieren a un muñeco de torta calentando la silla frente a una computadora que a un trabajador eficiente y responsable en polo, jean y zapatillas.

Siempre he sido de la opinión que un trabajador que se sienta cómodo es sinónimo de un trabajador eficiente pero siempre con criterio, no se trata de que le exijas a tu jefe que instale una hamaca en tu oficina (no seas fresco pues). Sería bueno que cada persona que tenga a otra persona bajo su cargo le pregunte si es que realmente se siente cómoda yendo a trabajar en terno pero de una manera en que esa persona se sienta dispuesta a dar una respuesta sincera y no una que pretenda adaptarse al gusto de su superior directo. Sólo háganlo, igual es una norma que creo que nadie ha establecido oficialmente pero que todos la acatan sin preguntar, lo que me deja la amarga sensación de que nunca nadie osará atreverse a derogarla.

P.D.
Lo más sport elegante que puedo estar y en diversos tonos como para que algún futuro empleador escoja la combinación dependiendo de la imagen de su empresa. Una foto básica para el curriculum.

Navegando encontré este blog del comercio que si bien no trata del mismo tema que este post si ahonda más en el tema de la supuesta buena presencia: http://blogs.elcomercio.com.pe/buscochamba/2008/02/hace-algun-tiempo-estaba-busca.html

2008-02-27

¿Por qué es necesario?

La verdad no recuerdo donde escuché por primera vez esto pero me gustaría compartirlo. Hagamos un pequeño ejercicio mental y preguntémonos: ¿Por qué necesitamos médicos? La respuesta es muy simple, las personas nos enfermamos y necesitamos a un especialista en la materia para que diagnostique nuestro mal y nos ayude a curarlo. ¿Por qué necesitamos economistas? Porque en la sociedad en que vivimos es necesario un especialista en temas financieros que nos ayuden a administrar nuestras finanzas de manera responsable. ¿Por qué necesitamos ingenieros? Porque necesitamos que haya personas especializadas en el desarrollo de nuevas tecnologías que puedan aplicarlas al solucionar los diversos problemas que se nos presentan día a día. Así podemos seguir por mucho tiempo enumerando profesiones y la necesidad de éstas, lo cual nos puede parecer muy simple. Es aquí en donde yo les hago la pregunta que me motivó a escribir este post.

¿Por qué necesitamos artistas?

Puede parecer una pregunta capciosa y se presta a muchas interpretaciones. Déjenme compartir con ustedes mi opinión personal. Primero haré una pequeña trampa y modificaré la pregunta inicial: ¿Por qué es necesaria una formación artística? Considero que es necesaria porque nada es arte y todo es arte (un poco confuso no?). A lo que me refiero es que una obra de arte puede abarcar desde La Mona Lisa pintada por Leonardo hasta un inodoro puesto en un museo por Marcel Duchamp. ¿Pueden imaginar que hay en medio de estos dos extremos? Pues absolutamente todo. Con esto quiero hacer hincapié en que, aquella persona que está dispuesta a optar por una formación artística, tiene que estar dispuesta a aceptar todo punto de vista posible sin prejuicios, y a la vez aceptarlos sin considerarlos erróneos solo porque no concuerdan con los propios. Considero que esto nos favorece porque mantiene nuestra mente abierta a nuevos paradigmas y con una mejor predisposición para poder hacer una crítica que sea constructiva.

Pero que esto no se convierta en un arma de doble filo. No basta con entrar a un museo, ver una escultura hecha con basura común y corriente, asentir la cabeza un rato pensando que con la misma basura podríamos haber hecho lo mismo y continuar la visita. De nada sirve ver algo fuera de lo común y creer que un museo lo considera una obra de arte por el solo hecho de que el autor se llama a si mismo "artista" y nada más. Tan importante como la obra final es la idea o concepto de la que parte, el entorno en la que se desarrolla y, en menor medida, la técnica utilizada. Uno puede creer que no es necesario ser un escultor excepcional para poner un inodoro (que ya estaba hecho, ready-made como le dicen) en un pedestal, pero la carga conceptual con la que cuenta esta obra es tan fuerte que se considera más que suficiente. Un espectador común se convierte en un crítico de arte al apreciar una obra. Un buen crítico de arte se caracteriza por profundizar en el trabajo que tiene al frente y llegar a deducir las razones que motivaron al autor a realizarlo (o por lo menos intentar deducirlas) y cuál es el mensaje que nos quiere transmitir a través de su obra. Es difícil hacer una buena crítica de una obra de arte dado que requiere de una base académica muy amplia, pero es muy fácil que una persona que no cuenta con esa formación intente hacerlo de manera seria.

Hasta ahora me he centrado en la obra como producto final y la actitud (ideal) que debe tener el espectador frente a ésta. Sin embargo la labor del artista no es tan fácil que digamos. Cuando tenemos la solución a un problema matemático es muy fácil que, con la formación adecuada, un grupo de personas pueda entenderla de la misma manera. Es decir, la matemática es un lenguaje que se interpreta de manera similar de persona a persona. Sin embargo cuando hablamos del lenguaje de las emociones, aquel lenguaje que utiliza el medio artístico para desarrollarse, las respuestas son individuales de persona a persona. Entonces, ¿cuál es el gran reto del artista? Para mi el gran reto del artista consiste en que, con los medios que tiene a disposición, pueda comunicar su idea o concepto de manera que todos los espectadores que aprecien su obra reaccionen, emocionalmente, de manera similar a ésta. Me gusta definirlo como la efectividad perfecta: "yo pienso en A y tú que en este momento estás viendo mi obra también piensas en A". Aunque a un artista le puede tomar muchos años, o incluso décadas, en llegar a este nivel, el solo hecho de intentar hacerlo hace que nuestras mentes imaginen mil y un maneras de poder hacerlo. Y creo que muchos estarán de acuerdo conmigo en creer que hacer trabajar a nuestra imaginación es uno de los mejores ejercicios que podemos realizar.

*Le mostré el borrador de este post a un amigo y, a pesar de que le pareció algo interesante (gracias!), el siempre iba a mantener un cierto prejuicio sobre aquellas personas que estudian una carrera de arte porque, según el, siempre los veía relajados en la universidad aparentando no tener preocupaciones, muy a diferencia suyo al cual casi nunca le alcanzaba el tiempo para cumplir con sus obligaciones como estudiante de ingeniería mecánica de la PUCP (ahora ya egresado). Es muy difícil desaparecer un prejuicio como tal pero déjame decirte algo. En un primer ciclo de carrera de artes en la PUCP (cachimbos, recién saliditos del cole) el horario de clases tanto como talleres que llevan ocupa en promedio de 10 a 11 horas diarias. Es decir, si empiezan a las 8am las clases del día terminan cerca de las 8pm. Son 12 horas seguidas en la universidad de las cuales cuentan solo con 1, o en el mejor de los casos 2, para almorzar y tomar un respiro. Y esto se repite de lunes a viernes y se extiende durante toda la carrera. Dígame usted ahora, Sr. Ingeniero, ¿hubieses sido capaz de soportar tal ritmo de trabajo a lo largo de toda tu carrera desde el principio? ¿Creíste que tu carrera tenía el monopolio de dificultad académica de tu universidad?

P.D.
Esta vez magulle la enigmática sonrisa de la Mona Lisa con una pinta para muchos subersiva. Para mi constituye uno de los tantos canales de expresión con los que contamos. Si bien siento una profunda admiración por el graffitti de plantillas (stencil) aún no reuno el valor necesario para aventurarme a pintar una pared real y no ser atrapado en el intento. Para casos como el mio felizmente existe el Photoshop con el cual puedo desahogarme (por el momento).

Si no conocen la obra de Marcel Duchamp visiten http://es.wikipedia.org/wiki/Marcel_Duchamp (está en español así que no valen excusas).